Monday, October 21, 2013

Revolución cubana ¿hacia dónde vas?



El proceso de actualización del socialismo en Cuba



Este artículo fue elaborado por los autores del blog, a petición del periódico del periódico l'Accent, el pasado mes de abril de 2013. Actualmente, los datos ya han cambiado, al igual que ha tenido lugar la aparición de nuevos trabajos por cuenta propia permitidos por la ley, así como de nuevas clases de cooperativas no agropecuarias, más allá de las que ya se destacan en el presente texto.




El contexto de los cambios

Quien haya tenido la suerte de visitar escalonadamente Cuba durante los últimos 10 años, habrá podido visualizar, de forma más o menos profunda, una más que interesante panorámica general de la evolución del proceso revolucionario socialista iniciado el 1º de enero de 1959, actualmente en una de sus fases más decisivas. Es sabido que si hay algún país que dé al viajero la oportunidad de hablar con mucha gente de distintas edades, procedencias, visiones de la realidad, etc. con total confianza y camaradería, éste es Cuba, donde últimamente se están produciendo una serie de cambios económicos y sociales de tal calado que, para un pequeño país bloqueado durante más de 50 años por la primera potencia mundial, suponen un reto de colosales dimensiones si de lo que se trata es de perfeccionar un modelo que para unos es visto como una alternativa, pero para otros supone una amenaza al sistema capitalista dominante.

Pasear por esta acogedora isla es darse cuenta de cuánto se ha hecho en sectores como la educación, la sanidad, el deporte, en definitiva, en todo lo que tiene que ver con los derechos de la persona y la comunidad. Pero también ser consciente de las grandes contradicciones con las que debe enfrentarse la revolución. Se puede identificar cómo buena parte de los cambios que, en el momento presente, se están llevando a cabo van en la dirección que tanta gente hacía tiempo decía que tenía que cambiar. Racionalizar plantillas estatales hinchadas, eliminar gratuidades absurdas, legalizar trabajos por cuenta propia que responden a necesidades de la población y que el estado no puede asumir, promover el trabajo agropecuario en tierras ociosas, mejorar la economía para incrementar los salarios de la población, incentivar la cultura del trabajo, eliminar la doble moneda, etc. Parece que ha llegado el momento en que la dirección del país y el conjunto de la población se ha puesto manos a la obra para que estas demandas se empiecen a materializar y lo ha hecho en el marco de un envidiable ejercicio de democracia participativa socialista que, como veremos, comienza a dar sus frutos.

Se puede comprobar, a título perceptivo, el surgimiento de más, y más sofisticados, de los llamados “cuentapropistas”, trabajadores por cuenta propia o figura similar lo que en nuestro país serían los autónomos, con una buena variedad de pequeños negocios, como barberías, restaurantes, talleres de reparación, tiendas de alimentación, tiendas de ropa, etc. Las necesidades del Gobierno de Cuba de reducir la dependencia del exterior en materia alimentaria se están cruzando y encontrando, no sin problemas pero sí con hechos fehacientes, con las necesidades de los guajiros, campesinos, de acceder a nuevas tierras y de hacerlo en mejores condiciones, no sólo en el campo, también en la ciudad gracias a la aparición de los Organopónicos o huertos urbanos (1). Pasada la extrema dureza del Período Especial, quien más quien menos espera que estos cambios puedan hacer subir el nivel de vida material de la población.

Cuando alguien meridianamente comprometida con la revolución expresa de forma distendida "¡pero si eso de que se ensanchen las diferencias económicas es una etapa totalmente salvada! (2)", como nos aclaraba el pasado verano una compañera de Santa Clara, ¿quiere decir que estas reformas van en la buena dirección? ¿Significa que son positivas para fortalecer el socialismo en Cuba, entendido como modelo alternativo al dominado por el capital, que prima una organización colectiva en pro de una sociedad económicamente sostenible, socialmente justa y políticamente democrática?

Un proceso históricamente complejo

Pero realmente, ¿es la primera vez que se hacen cambios en Cuba? Quien conozca su historia, diría que no. Ya en los años 80, antes de que empezara la Perestroika en la URSS, Cuba había empezado el “periodo de rectificación de errores y tendencias negativas”, basado en modificar las inercias a copiar el modelo económico de la URSS y el campo socialista europeo y, por extensión, enfocado a incidir, con mucha más fuerza y determinación, sobre el carácter nacional de una revolución muy propia. Por todo el país se debatió lo que no funcionaba y lo que había que cambiar. En pleno Período Especial se realizaron los parlamentos obreros de 1991 y se tuvo que afrontar modificaciones para adaptarse a la nueva realidad, como el decreto ley sobre el ejercicio del trabajo por cuenta propia que, por lo tanto, no es ni de lejos nuevo en un país que, por otra parte, nunca desde el triunfo de la revolución de 1959 prohibió esta forma jurídica en el trabajo en el campo, por ejemplo.

Visto que el socialismo cubano siempre ha sido, y ha procurado profundizar en desarrollarse como un modelo auténticamente genuino y en constante transformación revolucionaria, nos preguntamos el por qué de estos nuevos cambios en esta nueva situación. Un rasgo fundamental, como ha destacado el presidente Raúl Castro, lo encontramos en un principio marxista según el cual socialismo significa igualdad de derechos y de oportunidades para todos los ciudadanos, no igualitarismo, y se ratifica a la vez el principio de que en la sociedad socialista cubana nadie quedará desamparado.



Un proceso políticamente democrático

Hacía tiempo que se esperaba la celebración del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), el último se había llevado a cabo en 1997. La situación económica de la isla es prioritaria, por la realidad interna y por la situación de crisis mundial que golpea con más fuerza a los países subdesarrollados. Estos últimos tiempos se ha hablado mucho de los cambios que están habiendo en Cuba en muchos medios de comunicación. Pero ¿cuáles son realmente estos cambios? Podemos decir que estos movimientos políticos, en Cuba, viven 2 eventos fundamentales para su plasmación. El primero es el VI Congreso del PCC en abril de 2011 y el siguiente es la Conferencia Nacional del Partido del mes de enero de 2012. Durante el congreso se discute sobre todo en el plano económico. En la Conferencia se discute en el plano político.

Todo comienza el 9 de noviembre de 2010, con la presentación de los 291 lineamentos, o directrices de la política económica y social del partido y la revolución, a toda la población de la isla, que fueron elaborados después de una gran discusión del texto del discurso del presidente Raúl Castro el 26 de julio de 2007 en Camagüey, donde instó a la necesidad de cambios estructurales en la sociedad cubana. Estas directrices fueron ampliamente debatidas por la población, a través de los centros escolares, de trabajo, organizativos, comunitarios, etc. y también en las instituciones representativas como la Asamblea Nacional del Poder Popular. Durante el período que va de diciembre de 2010 a febrero de 2011 se llevaron a cabo un total de 163.079 reuniones, con 8.913.838 personas participantes. Se realizaron hasta 3.019.471 intervenciones, que se agruparon en 781.644 opiniones. Más de 395.000 opiniones fueron aceptadas e incluidas en la reformulación de las directrices (3). En una segunda fase, éstas fueron discutidas en las provincias por los delegados del Congreso. Como resultado, se presentaron 257 propuestas sobre 146 directrices. En la tercera fase, las propuestas fueron llevadas a VI Congreso del PCC a través de 5 comisiones creadas expresamente. Se modificaron 86 directrices, dando un total de hasta 311 directrices.

En el plano político, la conferencia de enero de 2012 fue en la línea de separar de una vez por todas el papel del partido del rol del estado, la necesidad de limitar temporalmente los cargos, de resolver viejos hábitos como reuniones en horario laboral, superar antiguos dogmas y criterios obsoletos, aceptar las discrepancias como hecho positivo y renovador, etc.

Ejecución, desarrollo y evolución de la actualización del modelo socialista cubano

Sucede a menudo que la ley en muchos aspectos se ve superada por las transformaciones ocurridas en la economía nacional, donde el sector no estatal ha crecido de manera muy rápida y diversa. No es ningún secreto en este sentido que, como en el caso de las directrices surgidas del VI congreso del PCC, y la evolución del marco normativo no es otra cosa que la forma de dar cumplimiento con base jurídica en las decisiones que allí se tomaron, cada vez era más evidente el gap existente entre la legislación nacional y la realidad económica y social.

En el marco de las reformas económicas, la decisión de ampliar el ejercicio del trabajo por cuenta propia, en paralelo con la intención de desinflar plantillas estatales (se calculó un total 1.800.000 de trabajadores hasta 2015), propició que la legalización de hasta 178 actividades en pequeñas y medianas empresas y cooperativas, con la posibilidad de contratar trabajadores en 83 de ellas. En julio de 2011 se amplió a 3 actividades más. En estos momentos, la fuerza de trabajo por cuenta propia ya supera los 400.000 trabajadores. Una de las medidas más esperadas que ya ha sido puesta en marcha es la posibilidad de arrendar viviendas, eso sí, de forma estrechamente regulada para evitar tentaciones especulativas como las que, desgraciadamente, en nuestro país bien conocemos (4).

Los cambios en el plano normativo se están llevando a cabo de forma gradual, pero con más celeridad de lo que podría parecer. A mediados de 2012, por ejemplo, se proponía la elaboración de una nueva ley de cooperativas. ¿Cómo podríamos entender sino que su constitución sólo fuera posible en el sector agropecuario? Pues bien, desde diciembre de 2012, 5 nuevas normas jurídicas establecen la creación gradual de cooperativas en más de 200 asociaciones de este tipo en todo el país, que abarcarán sectores como el transporte, la gastronomía, la pesca, los servicios personales y domésticos, la recuperación de materias primas, la producción de materiales y servicios de la construcción. Esta forma de gestión no estatal -considerada preferente ante la privada, por ser más social- incluye también la posibilidad de arrendar locales y otros bienes del Estado. Asimismo las modificaciones al Decreto Ley 259, sobre la entrega de tierras ociosas, ya apuntaban la decisión de ampliar la cantidad de hectáreas que se ceden, así como el tiempo de usufructo prorrogable. De esta forma, en el sector de la agricultura, con el del turismo el más importante para la economía cubana, el estado ha entregado 1,4 millones de hectáreas de tierra a los campesinos desde 2008 (Tiempo de Cuba, 2012). En un período de sólo 3 años y medio, con el objetivo de aumentar la productividad en el campo, 1.495.000 hectáreas de la superficie ociosa que había al principio del proceso fue entregada y más del 79% ya había sido puesta en producción (Pedro Olivera, director general del Centro Nacional de Control de la Tierra, del Ministerio de la Agricultura, 2012).



El ritmo de los cambios, el alcance del reto, el papel del estado y la percepción de los
cubanos

La diversificación de las formas legalmente permitidas de propiedad en el campo de la agricultura ha comportado la rápida aparición de unos 176.000 campesinos privados y cooperativas, en datos de inicios de 2013, ha propiciado el surgimiento del entorno de 400.000 trabajadores privados o cuentapropistas y ha permitido al mismo tiempo la creación de entidades empresariales estatales, similares a los existentes en países capitalistas. Pero el Estado sigue siendo el principal empleador en la isla, con una plantilla de cinco millones de trabajadores.

En consonancia con las necesidades y resultados de la actualización del modelo se ha implementado una de las políticas más esperadas por el gobierno del estado, una nueva ley tributaria que incluye 25 impuestos que entraron en vigor en enero de 2013, con el fin de dotar al Estado de más recursos, indispensables para mantener los pilares del sistema socialista en Cuba, como la educación y la sanidad. Esta nueva ley incluye tributos sobre ingresos personales, utilidades, ventas, propiedad de viviendas, utilización de fuerza de trabajo, transporte terrestre y propiedad o posesión de tierras agrícolas, entre otros. Al mismo tiempo, Cuba está afrontando un proceso de descentralización administrativa que va mucho más allá de la creación de nuevos impuestos municipales, pues se trata de incentivar políticas de desarrollo local y regional, sin duda un aspecto clave, del que se ha hablado poco, de la actualización del modelo cubano que persigue objetivos centrales como una mayor desburocratización de un sistema endémicamente centralizado, más eficacia y sostenibilidad de las políticas económicas basadas en la proximidad y, principalmente, más y mejores instrumentos de democracia y participación.

Parece claro que los cambios en la economía cubana son deseados por la mayoría de la población y los primeros resultados indican que van en la buena dirección, si bien no parece haber el mismo grado de consenso en las velocidades. El miedo a la involución y a llegar a un punto de no retorno es inevitable que surja en ciertos sectores a la vez que la impaciencia, si bien comprensible -"tú ya me conoces, yo siempre veo que esto es demasiado lento" nos comentaba recientemente un colega de La Habana"- suele ser mala consejera. Tan o más importante que esto es saber si las personas que se encargarán de dirigir la aplicación de estas políticas están o no preparadas para que sus impactos vayan realmente en la dirección pretendida en el pasado Congreso del PCC. Aquí lo que es innegable son los esfuerzos dirigidos alformar los cuadros responsables de una tarea "decisiva para implementarcon éxito las nuevas medidas", en palabras del presidente cubano, incluidas en la actualización del modelo económico cubano. En consecuencia, los programas de los Diplomados en Administración Pública y en Dirección y Gestión Empresarial se han traducido de entrada en la graduación de 3.699 alumnos, en datos de finales de 2012, quienes, tras culminar el programa de estudio defendieron trabajos finales vinculados, sobre todo, al cumplimiento de las directrices surgidas de la voluntad popular .

Que las medidas adoptadas han generado un incremento de la demanda interna se hace patente en el análisis de indicadores como el comportamiento de los ingresos derivados del turismo nacional, con una evolución positiva estimada para los 2 últimos años (2011 y 2012) que no deja lugar a dudas (Oficina Nacional de Estadística e Información de Cuba, diciembre de 2012). La percepción de la gente de la isla es que "el consumo interno crece porque el cubano tiene más posibilidades de aumentar su poder adquisitivo y a la vez más opciones de consumo que revierten en un círculo virtuoso para la demanda interna" nos comentaba un amigo personal de la ciudad oriental de Holguín, estudioso de la evolución económica del país.

En definitiva, para saber hacia dónde va la revolución cubana podemos tomar las palabras del intelectual cubano Darío Machado, autor del libro "¿Es posible construir el socialismo en Cuba?", Quien destaca que "no se pueden explicar los principales cambios que se han observado en la subjetividad de la sociedad cubana de manera aislada, sin tener en cuenta los acontecimientos ocurridos en el contexto regional y mundial”. Ciertamente, las décadas de globalización neoliberal (desde los años 70 hasta la actualidad), la caída de la Unión Soviética y, con ella, de la mayoría de sistemas socialistas y la actual crisis sistémica del capitalismo occidental forman parte de “el análisis que ha tenido que hacer Cuba para adaptar, y defender, su propio modelo de socialismo. Cuba no puede, ni quiere, competir con los niveles, insostenibles, de producción de los países capitalistas del norte, pero sí no es capaz de proponer fórmulas imaginativas que mejoren el bienestar material de su población, no le bastará con la fuerza moral, siempre indispensable, de los postulados políticos e ideológicos que sustentan el modelo cubano, como alternativa"
(Darío Machado, 2012). el camino está trazado, la historia la escribirá el pueblo de Cuba, un país en revolución.



Notas a pie de página


(1) Aparición que no es propia de los cambios en la economía impulsados ​​recientemente, sino de los surgidos para superar el Período Especial de los años 90 y garantizar así el aprovisionamiento alimentario de la población urbana, evidenciando, por otra parte el carácter pionero de la experiencia cubana.


(2) Uno de los debates internos más recurrentes, y profundos, sobre la evolución del socialismo cubano, y del socialismo en general, entendido como teoría y praxis política, radica en la viabilidad de permitir cierto desarrollo de actividad económica particular sin comprometer las bases (de mantenimiento) de un sistema fundamentado en la igualdad y la justicia social, como uno de sus pilares. Deducimos pues de la expresión que está ampliamente asumido, y aceptado, en Cuba, la inevitabilidad de que, por lo menos en las etapas iniciales de los cambios económicos que se están produciendo en la actualidad, pueda conducir, como ya ha sucedido por otro lado durante las décadas inmediatamente posteriores al Período Especial, al ensanchamiento de las diferencias en ingresos y rentas. Esto no significa en absoluto que no haya que poner límite a éstas diferencias, del mismo modo que se pone límite, como veremos en este mismo escrito, al desarrollo de la actividad particular, así como al marco general, socialista, en el que ha de tener lugar.
     
(3) Como en todo proceso participativo, más aún en uno de las dimensiones del que se abordó en Cuba, las necesidades del momento marcan las posibilidades, o no, de afrontar opiniones que requerirían otros marcos donde poder profundizar sobre éstas.
En una minoría de los casos, y así se refleja con claridad en los documentos emitidos, los pronunciamientos podían entrar en clara contradicción con los principios más esenciales del socialismo, con lo que fueron desestimados con antelación. Por ejemplo, hubo 45 proposiciones que apostaban por permitir la concentración ilimitada de la propiedad (léase nota 2) (Documentos del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, abril de 2011).

(4) Sólo hay que ir directamente a la fuente y examinar cuidadosamente la Ley General de Vivienda del Gobierno de Cuba que, por ejemplo, en su Disposición Especial Séptima, estipula que "Las cesiones de la propiedad de la vivienda y las permutas en
que intervino propósito de lucro, enriquecimiento o explotación, o con violación de los requisitos y trámites dispuestos en esta ley son ilegales, y sus autores podrán ser sancionados con la pérdida de las viviendas que fueron objeto de especulación y de los fondos obtenidos en la venta o permuta.