No es ésta una de las paradas habituales del turista. Nosotros somos viajeros y este es una motivo añadido para que la visita nos haga una especial ilusión. Nos interesa descubrir rincones nuevos y el carácter de las gentes de Cuba, particularizado en cada una de sus regiones, pueblos y ciudades. Esta ha acogido este año y por méritos propios las celebraciones del 26 de julio, Día de la Rebeldía Nacional que deseamos un año próximo tener la suerte de compartir, en el marco de unos animados actos realizados en una de las mejores plazas de la revolución de la isla, la Plaza Mariana Grajales, objeto de una más que obligada visita.
La idea es alojarnos en casa de unos familiares compartir nuestro tiempo con una buena compañera bloguera con quien recientemente hemos colaborado, lo que sin duda nos permitirá descubrir el alma de esta ciudad que, más allá de la identificación que el forastero suele hacer erróneamente con la vergonzosa base naval, que la Enmienda Platt de 1901 permitió el gobierno de Estados Unidos robar en Cuba, y que sigue siendo objeto de las más atroces barbaridades contra la humanidad por parte del imperio (el Museo Municipal de la ciudad guarda una interesante colección de objetos, documentos y fotografías relacionadas con el tema), cuenta con una población enérgica y orgullosa de su historia, estrechamente relacionada con una arraigada cultura diferenciada que ha dado al mundo un estilo propio musical, el Son-changua que, a diferencia del Sueño nacido en Santiago que tiene su evolución en La Habana con la afamada Salsa, ha conservado su pureza y rasgos locales. De hecho, la ciudad cuenta actualmente con buenos establecimientos de ocio que, como la Casa de changua, nos permitirán conocer de primera mano sus ritmos más característicos. Todo ello, sin olvidar hacer un buen recorrido para conocer los principales monumentos y símbolos de la ciudad, quizás con la ayuda de la Oficina de Monumentos y Lugares Históricos.
Si el tiempo y el transporte nos lo permite, el hambre de aventura y conocimiento nos ayudará a recorrer al menos una parte de la llamada Ruta Martiana por Imías, que evoca el desembarco de José Martí en Playita de Cajobabo en el inicio de la 2ª Guerra de Independencia (1895-1898), donde hay un espléndido monumento conmemorativo y un gran cartel que ilustra la efeméride del 11 de abril de 1895. Junto con Máximo Gómez y otros expedicionarios, sabedores del asedio permanente que les preparaba el ejército colonial, inician una ruta que hoy es sendero histórico y pasa por Imías, San Antonio del Sur, Manuel Tames, Guantánamo y Niceto Pérez. Todo ello sin olvidar refrescarnos por alguna de las magníficas playitas que bañan el litoral caribeño, especialmente, en sentido contrario a la ruta, entre Playa Yacabo y la misma Platyita de Cajobabo. Buscaremos la ayuda de los lugareños y quizá la de un buen guía. La aventura está servida...
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