Monday, August 29, 2011

Nuestra visita a la Comandancia de La Plata


“La victoria estratégica”

Era viernes 10 de agosto de 2007 y habíamos hecho noche en el hotel Guacanayabo de Manzanillo, ciudad natal del cantautor de la revolución, Carlos Puebla, con el objetivo de establecernos en un punto de partida idóneo para visitar una serie de sitios históricos de la mítica Sierra Maestra, entre ellos Cinco Palmas, Playa Coloradas y, por supuesto, la Comandancia de La Plata en medio del Parque Nacional Pico Turquino. Salimos de madrugada de Manzanillo con dirección a la Villa Santo Domingo, lugar de partida de la excursión hacia lo alto de la Comandancia, en medio de un auténtico paraíso rodeado de montaña y un verde exuberante. Antes, durante el recorrido hacia Villa Santo Domingo habíamos pasado por un conjunto de pueblos llenos de encanto que, gracias a la reciente lectura del libro de Fidel La victoria estratégica, ambientado en la lucha que los rebeldes libraron durante más de 2 años en plena Sierra (1956-1959), me devuelven a la memoria. Todos con luz eléctrica, con sus pequeñas escuelas y sus centros de atención médica, patrimonio de la lucha y del triunfo de la revolución. Se nota que en la actualidad la gente de la provincia de Granma, y ​​en especial los guajiros (campesinos) de la Sierra son escuchados y respetados dentro del país, habiendo terminado ya el tiempo en que se veían abandonados a su suerte. Por el camino, uno se va encontrando muchos de los antiguos Ingenios (centrales de azúcar), de los cuales en la actualidad sólo algunos funcionan, rodeados de grandes plantaciones de caña. El camino no es fácil de encontrar, pero por suerte estamos en Cuba y cualquier persona te indica amablemente, el camino que aquí todo el mundo conoce hacia este memorable emplazamiento histórico.

Nos adentramos en la Sierra Maestra

Nada más llegados a la Villa Santo Domingo, uno del grupo tenía náuseas, la carretera era de fuerte pendiente, estrecha, llena de curvas. Eso sí, todo ello rodeados de un verde fascinante que componía ¡un paisaje extraordinario! Enseguida nos dirigimos a la caseta para contratar los servicios de un guía. Era un hombre de mediana edad, muy simpático. Nos entenderíamos. El primer tramo lo hicimos en coche, pero un poco antes de llegar al Alto del Naranjo tuvimos que dejarlo debido a la pendiente ¡El coche no podía! Y empezamos a caminar para descubrir cómo, desde el Alto del Naranjo, hay una vista privilegiada, un auténtico bosque lleno de palmeras que iban a morir al Mar Caribe, por un lado, y a los pies del mismísimo pico Turquino, el punto más alto de la isla, por el otro. 
En este punto es donde termina la carretera y uno se adentra en pleno bosque. ¿Problema? pensábamos que alcanzar la Comandancia era un momento, íbamos equipados ¡con simples chancletas! Grave error, resultaron 2 horas completas de caminata hasta la cima. Fue así como aprendimos toda la historia, mientras nuestro guía compartía con nosotros todos y cada uno de los secretos de la lucha guerrillera. Toda una aventura, una agradable conversación y una gran historia que contar, acompañada de un montón de anécdotas y de la satisfacción de haber compartido, más allá de la historia, nuestros sueños para el futuro de Cuba. Durante el camino, un pequeño pueblo en medio de la montaña nos sorprendía mientras sus vecinos se reunían en asamblea, en una nueva lección de democracia participativa alejada de la fastuosidad de ninguna campaña electoral, sentados en círculo en unas pocas sillas, mientras unos cuantos cerdos merodeaban por allá, ajenos a las deliberaciones populares. Antes de partir, nos ofrecieron agua y unos plátanos pequeños que nunca podré olvidar, ¡eran deliciosos!

La magnitud de la hazaña

Camino hacia arriba, otro problema propio de principiantes, no teníamos agua así que el guía nos dijo, ningún problema, "deben recoger y comer los frutos que vayan encontrando por los naranjos". Qué amargas era su fruta pero, a la postre, nos calmó la sed. Es cuando empiezas a llegar a la Comandancia que te encuentras una serie de cabañas que se van incorporando al paisaje. Los rebeldes no talaron árboles ni allanaron el terreno, de forma que la aviación enemiga no les pudiera localizar, genio de la mítica guerrillera Celia Sánchez Manduley, natural de Media Luna, cerca de Manzanillo y punto de partida de nuestra travesía. Todo el complejo está formado por multitud de cabañas construidas sobre diferentes niveles, entre las que destacan una farmacia, una cocina popular e incluso el antiguo hospital Mario Muñoz. Fue entonces que comprendimos la magnitud de la hazaña. Conservadas con esmero una veintena de instalaciones fueron declaradas "Monumento Nacional" en 1978. También es posible visitar una cabaña convertida hoy en sencillo y pequeño museo de fotografías y mapas que ilustran a la perfección los días de la llamada "Ofensiva Batistiana" sobre el Primer Frente de la Sierra Maestra, en 1958, muy cerca de la tumba de uno de los guerrilleros caídos del Movimiento 26 de Julio. Subiendo un poco más, hallamos las instalaciones de la mítica Radio Rebelde, creada por Ernesto Che Guevara y donde todavía podemos encontrar una gran variedad de objetos de transmisión y aparatos de radio desde los que se emitía a todo el territorio nacional, además del espacio subterráneo donde se escondía la antena del peligro de la aviación enemiga.

Con el Comandante en Jefe

Llegados a este punto, sólo nos faltaba encontrarnos con la cabaña donde se alojaba el Comandante en Jefe. Fue desde aquel pequeño y sencillo refugio donde Fidel dirigió la guerra de liberación nacional, sólo con lo indispensable, una cama, un pequeño escritorio y una nevera. Orgullosos de estar allí, un lugar del que siempre habíamos hablado, nos hicimos las fotos de rigor. ¡Por fin estábamos allá! Y para completar nuestra felicidad, justo al lado descubrimos una cascada de agua que nos salvó la vida y convirtió el lugar, y el momento, en ¡uno de los más mágicos de nuestra vida!
Ya de vuelta hacia el pueblo, estábamos cansados ​​pero orgullosos. Nos alojamos en una casa particular, no sin antes tener que cruzar el río Yara con las mochilas a cuestas. Nos hicieron una cena típicamente cubana, amenizando la velada con un excelente café y, como no podía ser de otra manera, música, baile, unas cervezas Bucanero y a dormir. Un día perfecto en el corazón de la Sierra Maestra.

1 comment:

  1. Hola! Qué linda experiencia! Estoy por viajar a Cuba y me gustaría saber cómo hicieron para hacer ese recorrido. LO hicieron en un día? Muchas gracias!

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