La ruta por el centro de la isla

Punto de partida Santa Clara, referencia cultural y escenario imprescindible de los seguidores de las huellas de Ernesto Che Guevara. Y 2 opciones de ruta que se concretarán en función de las posibilidades que nos permitan los factores tiempo y transporte.

El triángulo Yaguajay, Jobo Rosado y el Parque Nacional de Caguan es un entorno abonado para combinar historia y ecología. La huella de otro mito revolucionario, Camilo Cienfuegos, tiene su santuario en Yaguajay, escenario de una de las batallas, como la de Santa Clara, más decisivas de la revolución, pocos días antes de la victoria final, forjada también en los parajes naturales de la Sierra de Jatibonico. Conoceremos una de las experiencias de éxito menos conocidas de la revolución, la "gestión de recursos" aplicada en un paraje ecológico perfectamente conservado como el de Caguan. De allí a la bonita estación de ferrocarriles de Morón, donde podemos optar por visitar la central azucarera Patria o Muerte y descansar en la zona de los cayos observando la belleza del Parque Natural El Bagá, nuevo ejemplo de desarrollo sostenible promovido por el gobierno cubano. Si tenemos tiempo, podemos optar por hacer la ruta descrita por Ernest Hemingway, en los Jardines del Rey, o bien llegar hasta Playa Pilar.

Tendremos que dirimirnos entre optar por viajar en tren, ya sea mediante la ruta principal, y la mejor, ofrecida por el denominado Tren Francés que va desde La Habana hasta Santiago de Cuba, pasando por Matanzas, Santa Clara, Ciego de Ávila, Camagüey y Las Tunas, como a través de rutas secundarias, probablemente menos fiables en cuanto a horarios, a pesar más interesantes en precios y para conocer y compartir experiencias con los viajeros nacionales. La ruta por el norte que pasa por Yaguajay, sin embargo, nos obligaría a coger transporte privado, lo que tendremos que estudiar, así como también alguna de las rutas organizadas por Ecotur. La alternativa es viajar en las líneas de autobuses de Viazul, siguiendo la ruta de Santa Clara en Ciego de Ávila y Camaguey.

Morón y sus incontables lugares de interés también se pueden abordar pues desde los 35 km en tren que la separa de Ciego de Ávila, la capital de esta provincia central, con más tiempo para hacer una parada en alguno de los puntos testigo de la Trocha que llega hasta Morón (y que también alcanza la parte sur hasta Júcaro), construida por el gobierno colonial español para evitar que la 1 ª Guerra de Independencia (1868 - 1878) fuera más allá de Oriente cubano. Previamente, Ciego de Ávila nos brindaría el mejor de los museos provinciales de la isla, con importantes elementos que nos recuerdan la mencionada Trocha pero también la cultura y religiones afrocubanas, así como las numerosas fiestas y tradiciones regionales que son propias de un pueblo y una ciudad orgullosa, que ha hecho un importante esfuerzo por recuperar las particularidades de su historia, como podemos comprobar en el Parque Ciudad, uno de los puntos imprescindibles de visitar. También resulta interesante observar El Boulevard, el principal eje comercial que, probablemente como en el caso de Bayamo, debe marcar las pautas del dinamismo económico buscado en el proceso de cambios impulsados ​​por la sociedad y el gobierno cubanos.

Ya estamos en Camaguey, declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO y ciudad natal de personajes de la talla de Carlos J. Finlay, Nicolás Guillén y el héroe revolucionario del siglo XIX Ignacio Agramonte, artífice de la 1 ª Constitución de Cuba, la de Guáimaro, ciudad opción de visita para conocer las vidas de luchadores incansables como la independentista y abolicionista Ana Betancourt. Visitaremos el Museo Casa Natal de este personaje al que Silvio Rodríguez dedicó la canción "El Mayor", así como también las del científico y del poeta, que hoy agrupa a los estudiantes de música de la ciudad que llegan a su Instituto Superior de Arte. Una ciudad que descubriremos a través de su Oficina del Historiador, ubicada en la hermosa y menos visitada Plaza del Carmen, donde intentaremos descubrir los secretos de este proyecto ramificado en todo el país, más allá de la riquísima historia que nos esconde la muy particular arquitectura colonial de la ciudad. Todo ello, no deberíamos dejar de visitar el Mercado de Agropecuario de Hatibonico y el Parque Ignacio Agramonte. Si no nos acercamos a los cayos anteriores, y nos queda tiempo, podemos optar por relajarnos en casi virgen Cayo Romano, donde la pesca comercial está prohibida por las autoridades en su afán conservacionista, llegando desde la ciudad azucarera de Brasil, en uno de los viajes que también organiza la empresa turística Ecotur, con la alternativa de poder disfrutar de la 2 ª barrera de coral más importante del mundo (después de la de Australia) ubicada en Playa Santa Lucía, paraíso del submarinismo. Toda una aventura.